Haz el mejor regalo a tu hijos ¡Enséñales a nadar!

Cada verano son muchos los incidentes que sufren los niños en las piscinas, y por desgracia algunos acaban en tragedia. No es este el lugar para estadísticas fatales pero sí para tomar conciencia de la importancia que tiene que nuestros niños aprendan a nadar. Enseñarles a flotar en el agua es una acción que puede salvar su vida.

¿Cuál es la mejor edad para aprender a nadar?

Los expertos coinciden en que la edad óptima es a partir de los 4 años, porque el aparato locomotor ya está lo suficientemente desarrollado. Por supuesto depende del estado madurativo del niño, y hay algunos que a los 3 años pueden aprender a flotar en el agua y trasladarse durante un minuto, así que si tu hijo es un pececillo y se siente preparado es un buen momento para empezar.

Lo ideal es que antes el niño ya se haya familiarizado con el agua y sea un ambiente con connotaciones positivas para él. Se puede bañar con los padres, siempre evitando las horas de mayor exposición al sol (de 12:00h a 16:00h) y jugar y chapotear para “perder el miedo”, o también tomar clases de matronatación en una piscina.

¿Qué es la matronatación?

La matronatación es ideal para bebés desde los 4 meses, porque el sistema inmunológico del niño se ha desarrollado y hay menos riesgos de otitis o resfriado, aunque en esto difieren los especialistas y algunos proponen edades más tempranas. El objetivo de la matronación no es enseñar a nadar sino que busca la estimulación acuática a través del juego con ejercicios para que el bebé flote y se desplace, siempre con la ayuda de los padres. Es una actividad muy placentera tanto para los bebés como para los papás.

Lo importante: aprender disfrutando

Es importante que el niño disfrute desde el primer contacto con el agua y si llora o se siente reacio, nunca forzarlo. Si no se siente a gusto esperar a que haya otra oportunidad e intentarlo de nuevo. Lo mismo con las clases de natación, es un medio en el que el niño puede sentirse inseguro y si para él supone un sufrimiento lo mejor es dejar pasar unos meses y volverlo a apuntar. Las opciones para aprender a nadar en las escuelas son muy variadas, hay clases en las que los padres acompañan a los niños y otras en las que simplemente observan, ninguna es mejor que otra, depende de cada familia elegir la mejor fórmula que se adapte a ellos.

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